Reseñamos Jugando a las casitas, una de las nuevas apuestas de Fandogamia en su línea manga
Fandogamia no cesa en su apuesta por alcanzar al público más variado posible, con obras de calidad para todo tipo de gustos. Jugando a las casitas es uno de sus títulos más recientes, una recopilación de cinco historias cortas realizadas por Mai Ando.
Esta autora, junto con Kabi Nagata, es una de las grandes apuestas de la editorial. Hace unos meses editaron Trampas agridulces, un tomo autoconclusivo que tuvo una gran acogida, permitiendo esta nueva publicación y propiciando que Fandogamia haya invitado a Mai Ando como invitada estrella de la próxima edición de la Japan Weekend de Madrid, que tendrá lugar los días 29 y 30 de septiembre en IFEMA.
Jugando a las casitas recoge cuatro historias: A mi lado solamente estás tú, ¡Nunca me resisto!, Castillo de fuegos, castillo de besos y ¡No pases de aquí!, además de la que da título al volumen.
Se trata de cinco historias shôjo (demografía dirigida a las jóvenes adolescentes), que recogen los rasgos más arquetípicos del género. Es por ello que su lectura sin contextualizar puede despertar sentimientos encontrados entre aquellos que no estén familiarizados con los códigos del manga ni con la realidad sociocultural nipona.
Los cinco relatos narran amores adolescentes, con todo lo que ello implica. Es un tipo de temática que ha sido denostada por su frivolidad o la pobreza de los valores que transmite en ocasiones, aunque esta discriminación no se produce con otro tipo de argumentos (de aventuras, thrillers, acción, violencia…) que también pueden incluir asuntos moralmente reprobables, pero en los que se tiene más presente que se trata de ficciones con un carácter de entretenimiento.
Jugando a las casitas debe entenderse y valorarse, por lo tanto, en esta misma línea. Los cinco relatos están contados con agilidad y fluidez, y de sus argumentos emana una gran originalidad.
Además, se acompaña de un dibujo muy cuidado, que destaca en los (abundantes) primeros planos que dedica a los personajes. Es un rasgo muy habitual del shôjo, centrarse en los rostros para transmitir las emociones, eliminando cualquier distracción y derrochando detallismo en los rasgos faciales. En este aspecto Mai Ando demuestra una gran habilidad.
Con Jugando a las casitas, Fandogamia reivindica otro género del entretenimiento que sigue ganándose un hueco en su catálogo.
