Después de la aclamada Comanchería, David Mackenzie estrena en la plataforma Netflix El rey proscrito, cinta que sigue las hazañas de Robert The Bruce en pos de la Independencia de Escocia en el siglo XIV
Escocia sufre la opresión de Inglaterra. Superados en número y equipamiento, Robert The Bruce, rey de Escocia, lidera una campaña militar contra el ejército inglés encabezado por el tiránico Eduardo I y su hijo, el príncipe de Gales.
El escocés David Mackenzie viene de dirigir Damnation, serie producida por Netflix. Esta vez, se mete de lleno en la histórica Guerra de Independencia de Escocia teniendo a sus mandos a un ya habitual dentro de su cine, Chris Pine. La dupla vuelve a las andadas después de trabajar juntos en Comanchería y aquí tenemos más de lo mismo: ambos vuelven a demostrar que están hechos el uno para el otro. El estadounidense se desenvuelve con comodidad dentro de la piel de “el rey fuera de la ley” y el director disfruta de la presencia del que parece ser su actor fetiche.
Taylor Sheridan, autor del nominado guion de Comanchería, no repite con el director y es este último quien decide relatar la historia. Y hay que decir que hace lo que puede. Comete ciertos errores, como podría ser por ejemplo la falta de profundidad en sus personajes. La trama va acelerada, quizás demasiado, y se nos presentan los hechos muy superficialmente. La ausencia de Sheridan se siente y, sí, Mackenzie es mejor director que guionista.
Sin embargo, recordemos que esto es una épica medieval y que es ahí donde cumple y brilla. Todas las escenas de acción tienen algo en común: una dirección impecable que puede presumir de un montaje cuidado y nada caótico. Además, se puede percibir cierta influencia de Braveheart, y no solo por compartir tramo histórico –que también; de hecho esta se podría considerar la secuela–, sino también en la construcción del combate final de El rey proscrito, que inevitablemente recuerda a la famosa escena en la que luchan los dos reinos después del discurso motivador de William Wallace.
La fotografía sabe sacar partido de esos preciosos y naturales paisajes. Esas montañas, esos lagos, ese olor a tierra húmeda. Barry Ackroyd es el responsable de que Escocia llegue a nosotros. Ya ha trabajado con anterioridad en Detroit y también hemos tenido la ocasión de verle en Capitán Phillips.
El rey proscrito no pasará a la posteridad. No obstante, supone un importante ejemplo de la calidad que Netflix necesita en sus producciones cinematográficas. Detrás de estas dos horas, hay talento y compromiso. Hay épica, escudos y espadas.
