Diana, ópera prima de Alejo Moreno, fue estrenada en el Festival de Málaga en la sección ZonaZine, y hoy llega a los cines españoles
Cuando terminé de ver esta película no tenía claro si me había gustado o no. En cierto modo, me había dejado fascinada, pero en otro, me había aburrido. Diana trata el tema de la prostitución de frente, concretamente nuestra protagonista (Ana Rujas) es una escort de lujo que va a contar su historia en un reportaje para la televisión. Por supuesto, un argumento que se centre en este asunto no iba a dejar de lado la polémica. Uno de los carteles de Diana, que se mantuvo expuesto en Málaga durante el festival con un tamaño considerablemente grande, generó controversia porque se ve un coño y un pezón… ¡femenino! Ojo, algo que nadie nunca ha visto. Por cierto, también aparece un arma blanca, pero la violencia no tiene tanta importancia.
Dejando a un lado las controversias creadas por la escasa capacidad para separar arte de pornografía, en el largo de Alejo Moreno destacan las actuaciones de los protagonistas. Ana Rujas y Jorge Roldán crean un aura de sensualidad y misterio desde que aparecen en pantalla. Ella, con su expresión corporal y llegando a contar muy poco sobre su vida, creando instantes dominados por la tensión de no saber qué hará. Él, reflejando su personalidad al más puro estilo Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
Los problemas llegan por parte del guion, el cual se hace pesado en momentos al no llevar a ninguna parte; solo consigue alargar conversaciones entre el dúo.
De esta película me quedo con la libertad que emplea para mostrar la prostitución, dando puntos diferentes de vista, algo muy necesario todavía. Una escort (que no una prostituta de calle, en cuyo caso el filme sería muy diferente) que sabe lo que quiere, cómo debe hacer las cosas y cuidar de sí misma.