I Hate New York es la ópera prima de Gustavo Sánchez. Este documental muestra las vidas de cuatro artistas transexuales relacionadas con la subcultura underground de Nueva York durante diez años (2007-2017)
Estreno: 9 de noviembre
Los hermanos Bayona dieron en el clavo al aceptar la producción de este documental. Gustavo Sánchez ha tardado diez años en grabar diferentes escenas para ultimar la película y mostrar la maduración de las activistas a través de pequeños (y grandes) cambios.
La libertad y la transgresión campan a sus anchas en un entorno underground caracterizado por recoger lo «no-normal» procedente de los suburbios de Nueva York, esa enorme ciudad con poco espacio para todos los rechazados. Sin embargo, como ocurre con todas las corrientes, las noches underground y punk llegan a manos del resto de la población, esa que rechazaba a sus componentes. El capitalismo y la «necesidad» de tomarlo todo casi provocan la pérdida del objetivo principal de la tendencia: exhibir tus pensamientos y emociones de la forma más liberal posible en un entorno seguro donde todos aceptan a los demás.
En una sociedad donde aún no se tolera por completo la transexualidad, son necesarias películas como esta. Sánchez disponía de los retratos de 70 individuos, pero decidió centrarse en las historias de Amanda Lepore, Chloe Dzubilo, Sophia Lamar y T De Long, cuatro artistas y activistas transexuales que tratan de asumir, cada una a su manera, las dificultades que sufre el colectivo LGBT.
Estas cuatro activistas relatan cuándo y cómo descubrieron su identidad, y los problemas (creados por la sociedad o por salud) que acarrea la valentía de mostrar su verdadero yo. Sánchez sigue a cada una, cámara en mano, para ofrecer al espectador una visión psicodélica del lado más excéntrico de la ciudad neoyorquina mientras muestra, mediante una cámara personal, el lado más humano de las protagonistas. Porque, aunque parte de la sociedad crea que están «enfermas», solo son personas que desean descubrirse a sí mismas.
