Una de las bombas del presente Festival de Cannes ha hecho acto de presencia y ha arrasado; es la nueva película de Céline Sciamma, Portrait of a Lady on Fire.
Portrait of a Lady on Fire cuenta la historia de Marianne, una pintora que accede al encargo de retratar a Heloïse, una joven muchacha que está a punto de casarse pero que no está convencida de ello.
Este drama de época romántico no solo es una de las grandes películas del festival, es probablemente una de las historias de amor entre mujeres más potentes que hemos visto los últimos años en el cine europeo (con permiso de la aclamada La vida de Adèle). En esta cinta el espectador ve los pasos desde que se conocen ambas protagonistas, la desconfianza y el recelo de las dos; hasta que empiezan a intimar y finalmente desatan toda su pasión.
Portrait of a Lady on Fire no es una cinta difícil de seguir, su estructura en tres actos y en este tipo de historias sigue el mismo esquema de lo que hemos visto otras veces, sin embargo el guion y dirección de Sciamma son capaces de elevar una simple historia de amor hacia un lugar en el que el espectador acaba extasiado y yendo hasta el final de la mano con Marianne y Heloïse.
También en ello tienen algo de culpa las actrices protagonistas; Noémie Merlant empieza conduciendo la historia desde la contención de su personaje que acaba desbordada y ocurre de manera natural, casi sin darnos cuenta. Pero sin duda la estrella de la cinta es una Adèle Haenel que ya suena como mejor actriz de la Sección Oficial; su Heloïse es una mujer rabiosamente viva, desde su primera aparición corriendo hacia el acantilado hasta su última escena (que es desgarradora y deja al espectador con el corazón encogido), su carisma roba tantísimo las escenas que se puede entender perfectamente la fascinación que siente Marianne por ella.
Heloïse es una chica que no sabe lo que quiere pero sí sabe lo que no le gustaría; se encuentra atrapada en una vida que no cree que le pertenezca y no puede hacer nada por salir de ello. Marianne por su lado, también está atascada, y en este caso es por su trabajo, y sin embargo, cuando llega a la mansión para cumplir con su cometido poco a poco el mundo que ella creía haber construido se cae a pedazos. Ambas se encontrarán en un momento vital de desconocimiento y juntas afrontarán los mejores días de sus vidas.
Céline Sciamma tiene facilidad para escribir historias que son tremendas sin que por ello el drama se coma a sus películas: lo pudimos ver en Tomboy o en la cinta de animación de La vida de Calabacín. Aquí pasa lo mismo, pero se deja llevar por toda esa fuerza contenida de los personajes y decide cerrar consecuentemente dejando al espectador en un estado de suma melancolía.
Portrait of a Lady on Fire es probablemente ya una de las cintas del año y del Festival de Cannes; su presencia en el palmarés es clara, pero habrá que ver si el jurado se decanta por las actrices o algo más allá. Este drama romántico desbocado encantará al espectador que busque sentir en una sala de cine, porque lo que cuenta es algo que casi todo el mundo conoce: el primer amor.
