El segundo día del Americana Film Festival 2019 se saldó, entre otras cosas, con el estreno de una película, Tyrel, y un documental, Monrovia, Indiana, que seguro conseguirán abrir un debate social muy interesante dentro de la edición.
Tyrel cuenta la historia de Tyler, un joven afroamericano que va a una fiesta de unos amigos en una casa apartada; todo va bien hasta que se da cuenta de que es el único chico negro del lugar.
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Es posible que esta sea una de las películas más comentables del festival, ya que a través de pequeños detalles consigue recrear una verdadera historia llena de aprensión que nunca termina de explotar. Todo empieza de manera muy realista y sin sentir que nada esté ocurriendo, pero poco a poco habrá situaciones, diálogos y momentos que harán que el espectador empiece a intuir hacia donde va esta historia que no deja de ser un fiel reflejo de la sociedad norteamericana actual (está situada justo tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016).
Tyrel propone el juego de la perspectiva según los comportamientos de sus personajes. ¿Qué está pasando en esa casa para que poco a poco empiece a parecer todo tan perturbador? Y ahí es cuando el espectador cae en la trampa, ya que desde ese momento no puedes dejar de ver actitudes, enfrentamientos de manera sutil y un malestar creciente. En ese momento es cuando te percatas del racismo intrínseco de la sociedad y te preguntas como persona: cómo no he podido verlo desde el principio. También es verdad que será complicado entrar en una historia tan realista como dañina copada por machos alfa que no dejan de gritar en todo momento y marcar territorio.
Sin duda la cinta de Sebastián Silva es muy interesante y aunque no será de las favoritas del festival, sí tiene un discurso importante que habrá que analizar y deconstruir en cada uno de los espectadores.
Por otro lado, tuvo lugar el estreno del documental Monrovia, Indiana tras su paso por el Festival de Venecia.
Clip de la película
Monrovia, Indiana es una cinta del famoso documentalista Frederick Wiseman que explora la pequeña comunidad de Monrovia, el lugar donde mayor porcentaje de personas votaron a Donald Trump en las elecciones de 2016.
Poco a poco y explorando esa sociedad desde dentro, Wiseman comparte con el espectador sus vivencias, su día a día, sus momentos de trabajo, esparcimiento, ocio e incluso sus actos y fiestas personales. Algo muy típico de este director es dejar la cámara y que se una al entramado de la historia que está contando, y en este caso sus más de dos horas y media hacen una radiografía exacta del tipo de sociedad que votaría a Trump.
De hecho, una de las cuestiones que se puede plantear alguien es cómo hoy en día no existe ningún otro director como Wiseman, ya que él se toma su tiempo para contar sus historias; sus documentales suelen ser un esfuerzo por mantenerse atento ante situaciones cuyo único hilo conductor es la historia principal. Hoy en día sería impensable que surgiese un nuevo documentalista que hiciese el mismo tipo de trabajos que este estadounidense, porque no es el formato ni ritmo que tienen los documentales de este tiempo. Por eso, probablemente, este director se haya mantenido a la cabeza de un estilo único que sigue atrayendo a los espectadores y sobre todo a la crítica, con sus últimos trabajos alabados como es el caso de Ex Libris.
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Con todo lo que se habla de la fuerza Anti-Trump en estos momentos de Estados Unidos, es interesante ver cómo en las profundidades de América hay personas que son capaces de cambiar el curso político de un país y del mundo entero con sus decisiones. En Monrovia la gente apoyó a Trump, y se entiende, culturalmente hablando, porque es el sistema en el que se han criado. La diferenciación entre el urbano y lo rural cada vez hace una brecha mucho más grande y, entrando en política, el futuro candidato demócrata tendrá que trabajar mucho en este tema.
Monrovia, Indiana es probablemente uno de los documentales más interesantes que se proyectarán en el Americana Film Festival de 2019 y generará una discusión y un debate muy apetecible tras su visionado. Altamente recomendable.
