La maquinaria de Cannes sigue en marcha y en esta ocasión se ha presentado la nueva película de Sección Oficial de Ken Loach, ‘Sorry we missed you’.
La que según el propio director será su última película, Sorry we missed you, sigue la vida de una familia que comienza un nuevo negocio para intentar recuperarse económicamente de la crisis vivida hace años. Sin embargo, los problemas y el propio sistema se interpondrán en su camino.
Ya se ha hablado mucho sobre el cine social de Ken Loach, un director que fuerza mucho las situaciones de sus películas –más por culpa de los guiones que le escribe Paul Laverty que por su mano tras la cámara-, y que genera poco consenso entre los críticos a la hora de elaborar un análisis de por qué funcionan o no sus historias.
En Sorry we missed you, el inglés comienza con mejor pie que en su anterior cinta, Yo, Daniel Blake, tal vez porque pone el foco en muchos problemas distintos de una familia de clase social baja de la Inglaterra actual, que poco a poco va conociendo el espectador, sin necesidad de avasallar con mensajes reivindicativos que sí hacía en Daniel Blake. En esta historia, Ricky se hace con una franquicia por la que tiene que pagar una importante suma de dinero pero que cree que solucionará todos los baches económicos por los que pasa la familia. La matriarca de la familia, Abbie, es cuidadora y también se ve afectada por el cambio en el trabajo de su marido; y además Seb y Lisa son los dos hijos del matrimonio que tienen sus propios problemas debido a la falta de atención de sus padres.
A Loach le gusta provocar y llamar a la revolución a través de sus historias, pero lo hace de una forma tan obvia y sumamente partidista que es capaz de echar para atrás al espectador. La forma en cómo se cuenta una historia de carácter social tiene mucho que ver sobre la visión que luego va a tener el espectador sobre ella. Probablemente, Sorry we missed you peca de lo mismo que pecan los últimos dramas del director: le falta contención y sobre todo un último acto que se aleje de las obviedades y sea capaz de poner contra las cuerdas al espectador.
Por supuesto que es mucho más sencillo lo que hace el inglés: dejar claro que los malos son muy malos y que a los buenos solo les pasan cosas malas por culpa del sistema que ejecutan los malos. Y se puede preguntar cualquier persona ¿no será igual de eficaz mostrar la realidad y que el problema va mucho más allá de un jefe explotador o un estrato social que perjudica a las clases bajas?
El último acto de Sorry we missed you es problemático por esto mismo y porque Loach se viene arriba llevando hasta el final las consecuencias de los actos de los protagonistas. Pero precisamente son decisiones del personaje lo que desencadena el final, y manipular las situaciones que viven para direccionar las opiniones no es positivo. Sin embargo, Ken Loach ha vuelto a hacer lo que ha querido, la cinta es entretenida y sus defensores seguirán defendiendo su trabajo y los críticos tendrán nuevo material con el que afilar los cuchillos.
