Hoy se ha presentado A Hidden Life, la nueva película de Terrence Malick, ganador de la Palma de Oro por El árbol de la vida en la Sección Oficial de Cannes.
A Hidden Life cuenta la historia de un matrimonio que vive en las montañas de una pequeña villa de Austria en 1940. Cuando empieza la guerra, Franz será llamado a filas para defender las tropas nazis, pero se declarará objetor de conciencia y pronto empezarán los problemas.
La nueva cinta de Terrence Malick es sin duda su mejor película desde El árbol de la vida. En esta historia, narrativamente el director norteamericano da un paso más allá y consigue que el montaje no hunda a lo que quiere contar, que es lo que le pasaba en algunos de sus últimos trabajos. El estadounidense consigue situarse en el contexto de la Segunda Guerra Mundial para tratar el golpe emocional que supone para dos personas que se quieren la llamada a la batalla. Y nunca se desvía de eso.
Malick está acostumbrado a dirigir de forma algo caótica, no solo por sus planos, que aquí vuelven a ser marca de autor, sino por su sumisión al montaje final; pero sin embargo, en este caso logra dotar a toda la historia de entidad suficiente para poder hablar de su película más narrativa y probablemente más accesible en mucho tiempo. No es que el cine del director sea siempre inabarcable, pero es cierto que en ocasiones, la estética y la forma han ido por encima del contenido.
En A Hidden Life se pueden ver algunos de los planos más bellos de su carrera con el telón de fondo de unas montañas austriacas bellísimas que contienen el horror de dos personas que se están perdiendo la una a la otra por culpa de la guerra. La banda sonora de la cinta no solo es embriagadora; el compositor James Newton Howard compone una obra que perdurará con los años y que probablemente le dará más de una alegría en la próxima temporada de premios.
En cuanto a su recorrido por los premios, aunque la cinta sigue siendo una historia de autor, lo cierto es que si El árbol de la vida logró colarse en los Óscar y demás precursores, A Hidden Life debería conseguir lo mismo, al menos en dirección, película, fotografía y banda sonora. El trabajo de los actores, además, que son mucho más que funcionales, también podría resaltarse si el año no acaba teniendo nombres realmente potentes.
Valerie Pachner interpreta a Franziska, la esposa de Franz, una mujer a la que veremos rota del dolor y sufriendo por el destino de su marido con un carácter desgarrador; Franz también dota de dignidad y entereza al objetor de conciencia. Pero cuando mejor funcionan ambos es juntos, en esas montañas compartiendo momentos, recuerdos pasados, o el reencuentro que ambos viven tras su separación y cómo sin tocarse consiguen transmitir una fuerza sobrenatural, ya que su amor es más poderoso que cualquier guerra.
Todavía quedan algunos pesos pesados por presentarse en la Sección Oficial, pero A Hidden Life debería estar en el palmarés, y aunque la prensa internacional le haya concedido algunas críticas mixtas, esta es una de esas historias que no se puede dejar pasar. Sensible, emotiva e imponente son algunos de los adjetivos para describir a este drama que devuelve a Terrence Malick a la primera línea de batalla.
