Crónica del concierto que ofreció Beret el 13 de enero, en la Sala Bikini (Barcelona)
Sold out una vez más. Segundo concierto de los tres consecutivos en la Sala Bikini de Barcelona y son muchos los que han decidido repetir. El público, mayoritariamente joven, calienta motores con el telonero, y también corista, Kaly Kalyxto y el DJ The Kaki. Cerca de las 9, Kaly anuncia su última canción, asegurando que todos la conoceremos. La gente está indecisa. Nadie sabe a cuál se refiere. Es la situación perfecta para la entrada triunfal de Beret, que sube al escenario de un salto. Ya os imagináis la reacción del público.
Bye Bye es la canción que abre el concierto. Mucha energía y positivismo para empezar la noche. El artista sevillano no tarda en dar las gracias a sus seguidores por estar presentes a pesar de todo. Así introduce su siguiente tema, A pesar de todo, con el que el público se calma, pero por poco tiempo. Beret nos propone ponernos a prueba con un pequeño examen. Empieza a cantar un fragmento de uno de sus temas, Códice. El público sigue la canción entre gritos. Beret sonríe. Por lo visto, hemos superado el reto.
Beret anima constantemente a todos los presentes a partirse el alma con él. No es necesario que lo haga porque se ha ganado al público en la primera canción, aunque él no sea consciente. Llega el turno de Sentir, un tema que transmite buena vibra. El mejor momento es el ahora y el mejor sitio es aquí, canta mientras señala al público.
Hoy en día todo el mundo puede escuchar las canciones de su artista preferido en Spotify o YouTube. Por eso, Beret explica que quiere dar algo diferente al público que va a sus conciertos. Algo especial para recordarlos. Después de la breve charla, canta Nunca se hará tarde, con Kaly a su lado tocando la guitarra. Con mirar las primeras filas ya se respira la emoción.
La siguiente canción la presenta como el tema más rapero que tiene, Frío. Corto pero intenso. Le sigue Bala Perdida. Beret dedica la canción a todas las personas presentes en el concierto que se sienten balas perdidas. Cierra los ojos para cantar durante los primeros segundos. Es cierto lo que dicen por ahí, siente lo que canta. Es indiscutible.
Kaly coge de nuevo la guitarra, así que deducimos que viene un tema lento. Beret confiesa que le gusta repetir el mensaje que esconde la canción siguiente a la persona a la que va dirigida. Quería su parte, no partirse en 100, como dice Cóseme. Acaba con los ojos brillando. “Precioso, familia” dice mientras sonríe ilusionado.
Vuelve el optimismo con Esencial, que da paso a uno de los temas más conocidos del joven cantante, Diez Mil Porqués. Introduce el tema explicando que un día le surgió la necesidad de justificar algo, de darle una razón. De manera que cogió un folio y empezó a escribir porqués, hasta llegar a los 10.000.
Beret y Kaly hay buen rollo y bromean constantemente. Kaly, ante un público perplejo, salta a la pista y la divide en dos mitades. Cada mitad representa un equipo: mirando al escenario, la izquierda es el equipo de Beret, mientras que la derecha es de Kaly. La competición consiste en ver quién grita más. El equipo de Beret debe cantar “bara bara bara”. El de Kaly “bere bere bere”. El público se deja la voz para ganar a sus rivales, pero, aparentemente, hay empate.
Después de un rato de risas, Beret da paso a una de sus canciones más bonitas, Ojalá. Es mi debilidad, lo reconozco. El tiempo vuela y ya ha pasado más de la mitad del concierto. Llegará y Vuelve son los siguientes temas que interpreta y, por fin, llega el momento que muchos están esperando. Las luces se apagan y Beret pide que iluminemos la sala con los móviles. Se escuchan las primeras notas de Dime Quién Ama de Verdad. Se emociona. No hay nadie que no se sepa la canción.
Anuncia que se acerca el fin del concierto. Pero no es una adiós, ni un hasta luego, dice, es un bye bye. Vuelve a cantar el tema con el que ha empezado el concierto, Bye Bye. En medio de la excitación del público, Beret grita “¡Vienes a Barcelona y la lías!”. Es cierto. Podría repetir 20 veces la misma canción sin ningún problema, el público seguiría cantándola como si fuera la primera vez.
Al ver la energía de la gente, Beret pide que escojan otro tema para volver a cantar. La decisión es difícil, ya que está reñido entre Vuelve y Esencial, pero finalmente gana Vuelve. Una vez acaba de cantar, pide a los técnicos que iluminen al público, que no tarda en reaccionar y pide al unísono otra canción. Sus deseos son órdenes, así que repite Esencial.
Llega el final. Beret, Kaly y The Kaki inmortalizan el momento con una foto junto al público. Una foto en familia. Kaly aprovecha la emoción para dedicarle unas bonitas palabras a Beret, agradeciéndole la oportunidad de acompañarle. Beret da las gracias a todos los que se han dejado la voz con él, saluda al público y, con una sonrisa sincera, desaparece del escenario.
Si hay algo que caracteriza a Beret es lo que cuenta en sus canciones. Escribe letras con las que cualquier persona se identifica fácilmente. Letras llenas de verdades. Verdades que cuenta en los conciertos. Conciertos en los que se muestra tal y como es. Beret es transparente. Beret es auténtico.