El primer trabajo discográfico del cantante sorprende, cuidando el más mínimo detalle y no deja indiferente a nadie con un estilo único
Un viaje sensorial de los que no quedan. Una línea argumental épica que se adapta a cualquier momento y circunstancia. El mercado recibe “1016” con los brazos abiertos. El nuevo trabajo de Alfred García no deja indiferente y sorprende en todo momento. El cantante ha sacado todo su potencial en un álbum esperado durante meses. Se ha hecho esperar, pero el disco del catalán no decepciona.
Alfred sigue fiel a su estilo. La música es su vida y el niño del trombón ha sacado un disco que no tiene límites. “1016” se puede considerar que lo hemos visto crecer desde dentro de la academia. La faceta de compositor del español se lleva al extremo con un disco cuidado en todos los aspectos. No había prisas, ha permanecido en un segundo plano. Sin embargo, ha estado trabajando en este proyecto musical.
El cantante ha llevado a la última potencia una de las máximas que tenía presente en todo momento. El disco es suyo y su carta de presentación. Por eso ha querido producirlo él en todo momento. ¡Y menuda carta de presentación! Alfred entra por la puerta grande al complicado mundo de la industria musical.
El lanzamiento de “1016” es toda una declaración de intenciones. La versatilidad del cantante está presente en cada una de las 16 canciones. Letras, música, arreglos y mucho más cuidado hasta el más mínimo detalle. Con este álbum nos encontramos a un Alfred en estado puro. Era un trabajo esperado y deseado. La sencillez con la que ha llevado a cabo este proyecto es el gran éxito.
“1016” un éxito en todos los sentidos
El trabajo del español ha roto todas las barreras establecidas. Con un total de 16 canciones en las que podemos ver algunas que otras referencias a sus ídolos como David Bowie o Michael Jackson. El estilo roquero de Alfred García en 1016 ha copado las listas de éxitos de España colocando 15 de sus 16 canciones entre las 200 más escuchadas.
