A pesar del gol inicial de Toni Villa, el Levante superó al Real Valladolid tras un vendaval ofensivo que se inició con el gol de Bardhi y Morales sentenció.
La Copa del Rey, normalmente, se trata de una competición secundaria y que no tiene importancia durante la temporada. Sin embargo, el nuevo formato ha permitido que equipos de menor magnitud puedan acercarse a las últimas rondas en menos partidos. Ante ello, y una vez alcanzados los octavos de final, supone un problema para aquellos clubes que luchan por la permanencia en sus categorías ya que se abre el debate si arriesgar en Copa del Rey o mantener la preferencia en LaLiga. Asegurar la salvación o soñar con la posibilidad de levantar un título.
Bardhi, el imprescindible
Ni cinco días habían transcurrido para que se reeditase el duelo entre el Real Valladolid y el Levante. La superioridad que los vallisoletanos mostraron durante la mayor parte del último encuentro no tuvo el premio final ante el empate cosechado. La primera gran diferencia entre ambos conjuntos se presentaba a través de las alineaciones. Sergio González, obligado ante las persistentes ausencias, volvía a incluir tres canteranos en su once titular como venía repitiendo en Copa. En cambio, Paco López formaba con once jugadores asentados en el primer equipo y de los que sobresalía la titularidad de Enis Bardhi al haberse perdido los últimos 14 partidos por lesión.
Como viene siendo habitual, en esta competición brillan los jugadores más secundarios. En el caso blanquivioleta sería Toni Villa el encargado de romper el planteamiento rival con su característico desborde. No tardaría en coger el protagonismo al abrir el marcador gracias a un sensacional pase filtrado por Kike Pérez. Los intentos de presionar la salida de balón en ambos equipos abrirían el campo y surgirían espacios que conllevarían un cambio de ocasiones constante. Pero era el talento el aspecto que volvía imponerse en el segundo gol partido. Bardhi transformaría una falta por pura inteligencia al lanzarla rasa en vez de por encima de la barrera y lograba así el empate.
Mucho que ganar y poco perder
El ida y vuelta que se imponía durante los 90 minutos únicamente podía tener un vencedor, a pesar de los intentos de Roberto por evitar las ocasiones granotas. Hasta sus propios compañeros le ponían a prueba, como se demostraba en una cesión corta de Vilarrasa dirigida hacia él y que Malsa aprovechó para poner el 1-2 al borde del descanso. Un gol con valor añadido que dañaba la moral de los jugadores de Sergio ya que se les alejaba los cuartos de final, una ronda que no alcanzan desde la temporada 2006/07 cuando se encontraban en Segunda División y Mendilíbar se hacía cargo del equipo.
La segunda mitad no modificaría el comportamiento de ambos equipos. La pausa y los ataques organizados no tuvieron una mínima presencia a lo largo del choque, víctima del riesgo por parte del Real Valladolid para remontar el resultado. A Roberto se le agotó su repertorio de paradas y ya no dependía únicamente de él que no se agrandase el resultado. Si bien evitó el gol de Postigo tras un saque de falta de Rochina, ante el rechace que recogió Coke fue incapaz de reaccionar. De un partido sentenciado se volvió a reducir la distancia en un gol tras un remate de cabeza de Weissman y asistencia de Orellana, ambos recién entrados al campo. Poco valor tendría su tanto y el ‘comandante’ Morales clasificaría al Levante desde el punto de penalti con el 2-4 definitivo.
FICHA TÉCNICA
Real Valladolid: Roberto; Hervías, Luis Pérez (Rey 80′), Joaquín (Alcaraz 46’), Vilarrasa; Roque Mesa, Kike Pérez, Toni Villa (Guardiola 66′), Waldo (Weissman 66′); Kuki Zalazar, Sergio Benito (Orellana 66′).
Levante: Dani Cárdenas; Coke (Clerc 81’), Postigo, Rubén Vezo, Toño García (Duarte 81’); Malsa, Melero, Son, Rochina (Morales 67’); Bardhi (Radoja 55’), Sergio León (Dani Gómez 67’).
Goles: Toni Villa (1-0, 13’), Bardhi (1-1, 23’), Malsa (1-2, 45’), Coke (1-3, 55’), Weissman (2-3, 65’), Morales (2-4, 74’).
Árbitro: Pizarro Gómez.
Estadio: Nuevo José Zorrilla.