La terraza del Auditorio Mar de Vigo fue testigo del regreso a los escenarios de Álex Ubago, que actuó con Atxon Sarasua a las teclas.
Si hay algo que caracteriza a los espectáculos del Festival TerraCeo son las vistas que hay desde la terraza del Auditorio Mar de Vigo. Ayer en el concierto de Álex Ubago faltó el atardecer y las Islas Cíes se escondieron, pero la Ría de Vigo seguía presente y las gaviotas, coristas improvisadas, acompañaron de nuevo al artista. Aún así, la velada prometía ser especial, ya que fue el primer concierto de Álex Ubago tras el confinamiento y el aforo era reducido. “Gracias por estar por acompañarnos esta noche y más dadas las circunstancias” señaló el artista al inicio del recital.
Acompañado a las teclas por Antxon Sarasua y en formato acústico, Álex Ubago hizo un repaso por su trayectoria musical a la inversa, comenzando por lo más reciente y acabando con su primer álbum. «Este formato acústico me gusta incluso más porque me da la oportunidad de mostraros mis canciones tal cual nacen cuando las compongo, cuando las escribo. Me parece la manera más honesta de que escuchéis y descubráis mi música» confesó Álex Ubago, aunque aseguró que con la banda al completo «los conciertos tienen un poco más de energía”.
Las primeras en sonar fueron Tú que ya no estás, Cuenta conmigo y Entre tu boca y la mía. Aunque la mayoría de las canciones contaron con el acompañamiento musical de una guitarra y un teclado, en Míranos y Me arrepiento Álex Ubago tomó el mando de las teclas, haciendo más íntimo el momento.
Antes de tocar Amarrado a ti apuntó que la canción está inspirada en su ciudad, Donosti, pero que “es perfecta para este lugar porque tiene connotaciones muy marineras» y “a Vigo le va superbién”. El paisaje y las gaviotas revoloteando confirmaron las palabras del artista, la canción encaja con Vigo.
Aunque al principio el público se mostró tímido a cantar alguna de las canciones, aplaudieron al final de cada una de ellas. “Me estáis desprendiendo buena energía, a pesar de que solo veo vuestras caritas a la mitad. Vuestras miradas me transmiten muy buen rollo” manifestó Álex Ubago tras animar de nuevo a los asistentes a hacerle los coros.
A medida que las canciones se acercaban a sus inicios musicales, el final era cada vez más inminente. “No quiero que se acabe porque echaba mucho de menos subirme a un escenario” confesó Álex Ubago antes de interpretar Sabes. Es una de las canciones más especiales para él, ya que fue la canción con la que empezó todo. Fue de las primeras que compuso y pertenece a la primera maqueta que grabó con 17 años. Tras No te rindas, Álex Ubago y Antxon Sarasua abandonaron el escenario, pero el público no iba a permitir que se fuese sin cantar Sin miedo a nada, la canción más conocida del vasco. Entre gritos de «otra, otra» y aplausos regresaron para despedir el concierto.
Los asistentes no dudaron en cantar Sin miedo a nada desde el inicio, demostrando a Álex Ubago su devoción por la canción. “Ha sido maravilloso pasar este rato con vosotros. Tenía muchas ganas de volver a Vigo. Vamos a recordar por mucho tiempo esta noche porque la hemos cogido con muchas ganas” manifestó antes de interpretar las últimas canciones que pondrían fin a una cita mágica.
La timidez de los asistentes desapareció y acompañaron con sus voces a Álex Ubago en A gritos de esperanza, momento en el que varios encendieron las linternas de sus móviles, y ¿Qué pides tú?, que puso el broche de oro al recital. Con el público en pie Álex Ubago se despidió deseando poder volver pronto a Vigo con la banda y que no sea necesario llevar mascarilla. Esto significaría un avance positivo y que la COVID-19 no sigue condicionando nuestras vidas.