Un ordenador no solo te conecta con el mundo, también con un emporio de bacterias que habitan en tres lugares clave: el botón de encendido, el teclado y el ratón, siendo este último, de lejos el que más microbios acumula, tal y como apunta un reciente análisis del casino online Betway.
Pongamos esto en contexto, y la única forma de hacerlo es comparando el cúmulo de bacterias en un ordenador con las que cohabitan en un asiento de inodoro, o en una mesa de cocina. No podrá creerlo, pero un mouse es capaz de almacenar 248 bacterias, ocho veces más que un asiento de inodoro y también más que una mesa de cocina.
Cabe destacar que los ratones, seguramente, no se limpien tanto con productos desinfectantes por el riesgo a dañar los componentes eléctricos.
En el caso de los teclados, pueden acumular 165 bacterias, de acuerdo con estudios microscópicos, algo así como cinco veces un inodoro, para continuar con esa comparación.
Investigadores culparon de la suciedad de los teclados al hecho de que los trabajadores no tienen a veces tiempo para sentarse a comer en otra mesa y lo hacen mientras manejan los teclados. De esa forma permiten que las migas caigan entre las teclas y que proliferen luego las bacterias.
El otro dispositivo, en este caso el botón de encendido acumula 115 bacterias, en este sentido las piezas de los ordenadores dejan en pañales a las de las consolas, también receptoras de microbios.
Para muestra un botón: en el caso de la Nintendo Switch, la más aseada de la familia de las consolas, entre mandos, palancas y botones disparadores pueden llegar a acumular 173 bacterias; todavía lejos de siquiera el mouse de los ordenadores.
La Play Station, la que acumula más bacterias, suma, según estudios microscópicos, casi 300 microbios al sumar estudios de mandos, palancas y botones disparadores.
En el caso de la Xbox, el mayor número de microbios se juntan en los mandos, con 83 bacterias.
Todo un tema este de las bacterias en los dispositivos electrónicos para tomar en cuenta a la hora de rutinas de aseo y cuidado porque, aunque la mayoría de estas bacterias no son peligrosas, un exceso de exposición ante ellas sí puede complicar las cosas.





