No siempre todos son buenas noticias. A veces, toca sufrir lesiones y el esguince de tobillo es una de las más comunes entre los deportistas debido a la involucración que existe en saltos como sucede por ejemplo en el baloncesto o en el fútbol. Se trata de una lesión producto de un movimiento extremo del tobillo que conlleva a la distensión o el desgarro de algunas de las estructuras ligamentosas que mantienen el tobillo en el lugar que debe estar.
Generalmente, las lesiones causadas en los tobillos ocurren por un traumatismo agudo. El estiramiento excesivo o el desgarro parcial de los ligamentos ocasiona un fuerte dolor que dificulta así el caminar.
Más de dos millones de personas al año en Reino Unido y España son tratados por un esguince de tobillo. Una cifra muy elevada que se debe tener en cuenta, la mayoría además estando relacionados con el mundo del deporte, es decir, con la actividad deportiva en general. El 40% de las personas que sufren un esguince lateral en el tobillo notan síntomas y molestias que persisten constantemente en el tiempo por lo que se debe tener unos adecuados tratamientos. Por esta razón son muchos los que deciden acudir al fisio pozuelo para curarse.
Antes de acudir a la osteopatía pozuelo tenemos que tener en cuenta que el esguince de tobillo se clasifica en grados dependiendo de si este sucedió muy recientemente o pasará a ser crónico debido a la frecuencia con el que sucede. El grado uno de la lesión, es un desgarro microscópico. Es decir, representa un esguince leve. La persona lesionada normalmente tiene una recuperación muy rápida debido a que aquí los ligamentos están ligeramente estirados, pero no desgarrados por lo que el tobillo sigue estando muy estable.
El grado dos de este tipo de lesión es conocido también como un alargamiento del ligamento o desgarro parcial. Aquí los ligamentos están muy estirados por lo que el tobillo presenta una notable inflamación que provoca mucho más dolor y genera inestabilidad.
El grado tres y último se trata de un esguince mucho más severo que cuando sucede viene acompañado de un fuerte dolor intenso. La persona afectada por este esguince no puede apoyar el peso en el pie por lo que debe llevar muletas o ir en silla de ruedas.
Como hemos explicado, cuando un ligamento se estira o se rompe se produce una constricción de los vasos durante los primeros minutos, diez, seguida de una inflamación causada por el aumento del flujo de la sangre durante las primeras 48-72 horas. Se nota también una disminución de la fuerza debido a la inmovilización de nuestros músculos y el sistema nervioso que pierde la propiocepción. En la fase aguda durante las primeras 48-72 horas hay que tener un reposo total evitando cualquier actividad que pueda provocar un agravamiento de la lesión. Es importante que se aplique frío durante 20 minutos durante 3 o 5 veces al día con intervalos de 2 horas mínimo. También se recomienda una compresión y la elevación de este para evitar la inflamación.
Del cuarto al séptimo día se recomienda realizar ejercicios de rango de movimiento como baños de contraste. La fuerza se deberá de meter a partir del día quince y no será entre la cuarta semana y la sexta cuando se vea una recuperación previamente a una propiocepción. A la cirugía no se recurriría en ningún momento sin previamente realizar un tratamiento conservador, salvo que los pacientes sufran síntomas persistentes y debería de considerarse entonces.
