Cada vez hay más casos de TEA pero, ¿sabías que es está afección? El trastorno del espectro autista conocido como TEA es una afección relacionada con el desarrollo del cerebro que afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras, causando problemas en la interacción social y en la comunicación. Comprende patrones de conducta restringidos y repetitivos. Más información sobre el TEA nos la podemos encontrar en blog.qinera.com
El TEA comienza en los primeros años de la infancia y provoca grandes problemas para desenvolverse en la sociedad, principalmente en situaciones sociales, en la escuela o en el trabajo. Si bien no existe una cura para los trastornos del espectro autista, un tratamiento intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños.
Todavía no se conocen las causas del TEA al cien por cien. Es cierto que tanto la genética como el medio ambiente influyen en que existan personas con TEA. En cuanto a la genética aparecen varios genes diferentes que están relacionados con trastornos del espectro autista. Además, los investigadores actualmente están comprobando si las infecciones virales como medicamentos o problemas en los embarazos pueden estar detrás del desencadenamiento del trastorno del espectro autista.
No siempre se puede distinguir a una persona con TEA por la apariencia pues estás pueden comportarse, comunicarse, interactuar y aprender de maneras muy diferentes al de la mayoría de las personas. Bien es cierto que estas con frecuencia tienen problemas con la comunicación y la interacción social. Se debe trabajar en escuelas y en la sociedad mucho a través de diferentes formas para poder ayudarlas. Las personas con TEA tienen maneras muy distintas de aprender, de moverse o prestar atención que las que no lo tienen.
Diagnosticar TEA puede llegar a volverse complicado a no existir una prueba médica que lo diagnostique. Los médicos deben evaluar la conducta del niño y su desarrollo a lo largo de un tiempo. Puede llegar eso sí a detectarse antes de los 18 meses de edad o a los dos años, dependiendo cada persona.
Un niño o un adulto con un trastorno del espectro autista puede presentar signos como no responder a su nombre o parecer que no te escucha, se resiste a los abrazos o a las caricias, no suele hacer contacto visual y carece de expresión facial, no habla o tiene un desarrollo tardío del habla, no puede mantener ni iniciar una conversación tal y como lo puede hacer el resto, no parece entender algunas preguntas o indicaciones, repite palabras o frases textuales, no expresa sentimientos, aborda interacciones sociales de forma inadecuada comportándose de manera pasiva o agresiva, etc.
En los colegios se puede trabajar para mejorar el aprendizaje de niños o adolescentes con TEA proporcionándoles una agenda que anticipe todo lo que va a ocurrir en los próximos 45-60 minutos, evitando en la medida de lo posible los estímulos sonoros, establecer un momento de saludo, realizar trabajos en mesa repetitivos con ellos y adaptar el aprendizaje en todo momento al alumno y no al revés.
