La farmacéutica AstraZeneca ha anunciado la suspensión de los ensayos de la vacuna que se desarrolló desde esta entidad con la colaboración del Instituto de Oxford tras hallarse una «enfermedad inesperada» en una de las personas que se vacunaron de forma voluntaria, aunque aún no se conoce si ha sido realmente la vacuna la que ha provocado dicha alteración.
La lucha por conseguir una vacuna lo antes posible para combatir el virus no cesa y científicos de todo el mundo están tratando de dar con la clave para lograr una vacuna que sea realmente efectiva, lo que sería un enorme paso en la lucha contra el COVID-19. Hace unos días conocimos que la vacuna rusa, bautizada como Sputnik V había presentado resultados positivos y que está empezando ya a distribuirse en el país.
Invitaba al optimismo la «vacuna Oxford» y, de hecho, sigue siendo una de las mejor situadas, encontrándose en fase 3, siendo aplicada en hasta 30.000 personas en todo el mundo. No obstante, tras el comunicado de AstraZeneca, la vacuna ahora se encuentra en proceso de paralización. AstraZeneca ha producido la vacuna en la que más confianza se ha depositado por parte de las autoridades sanitarias españolas y también por la OMS, la que declaró que se trataba de una de las más avanzadas del mundo.
Esta interrupción forzada de los ensayos clínicos ha sido un gran varapalo, ya que desde la farmacéutica se vaticinaba que su vacuna iba a poder estar lista para el primer semestre de 2021. Además, es de gran importancia añadir que esta era la única vacuna para la que la Unión Europea había firmado un contrato en caso de que la vacuna prosperase, con un total de tres millones de dosis que recibiría España tal y como anunció Salvador Illa hace unos días. Desde AstraZeneca se han visto obligados a interrumpir un proceso ambicioso en el que Europa no perderá ni un detalle, pero informan que tratarán de revisar ese incidente para «minimizar cualquier impacto potencial en los planes de ensayo».