El partido ultra conservador prohíbe acusar a ciudadanos polacos cómplices de los crímenes cometidos por el régimen nazi
Varsovia, ciudad destruida durante la ocupación de la Alemania nazi, quedando destruidos el 80% de los edificios. Los supervivientes judíos fueron llevados a campos de concentración; se estima que entre 600.000 y 800.000 varsovianos murieron entre 1939 y 1945.
La campaña antisionista del 68
Dieciocho años mas tarde, de nuevo los judíos polacos tuvieron que marcharse tras la «campaña antisionista» en marzo de 1968, cuando la Guerra Fría y una lucha interna de poder dentro del Partido Comunista Polaco desembocaron en una campaña de propaganda antisemita que obligó a miles de judíos polacos a abandonar su país.
Un amargo 50º aniversario
Ahora en pleno 2018, la comunidad judía del país conmemorará el 50º aniversario de los sucesos de marzo de 1968. Lo hará en medio de lo que podría considerarse la peor crisis en las relaciones judeo-polacas desde la caída del comunismo en 1989, por la aprobación de una polémica ley que criminaliza la atribución de complicidad al Estado polaco o la nación polaca en los crímenes cometidos por el nazismo alemán durante el Holocausto.
La ley cómplice de la masacre nazi
La reforma legal aprobada por el Senado el 5 de febrero de 2018 convierte en ilegal acusar a polacos de complicidad en el Holocausto. También pena con hasta tres años de cárcel el uso de la expresión «campos de exterminio polacos», pese a las críticas de Israel y las advertencias de Estados Unidos.
La ley se suma a otros proyectos del partido conservador y nacionalista Ley y Justicia (PiS), que gobierna con mayoría absoluta, que han levantado ampollas dentro y fuera de Polonia. Un ejemplo son las sucesivas reformas del sistema judicial por las que la Comisión Europea (CE) ha abierto un procedimiento por violaciones del Estado de derecho.
La reacción internacional
El presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, procedente de la opositora Plataforma Ciudadana (PO), lamentó en su cuenta de la red social Twitter que con la polémica el Ejecutivo de Varsovia se haya convertido en el principal difusor a nivel mundial de la expresión «campos de exterminio polacos».
La polémica ha despertado una guerra de declaraciones entre políticos polacos e israelíes y el resurgimiento de una retórica antisemita en Polonia. Los medios de comunicación nacionalistas y partidarios del Gobierno se refieren a una campaña internacional contra Polonia, supuestamente orquestada por poderes extranjeros y grupos de judíos de otros países.
El apoyo de los medios nacionales
Un editorial en la página web de derechas TV Republika describe la crisis como «la mayor prueba de lealtad de los judíos polacos cuyas organizaciones están vinculadas personal o institucionalmente a los judíos estadounidenses«, y los acusa de «no defender lo suficiente a Polonia y a los polacos en la escena internacional«.
Miembros de la comunidad judía de Polonia y activistas involucrados en el diálogo y la reconciliación entre ambas comunidades han expresado su consternación por el deterioro del debate público.
El creciente antisemitismo en Polonia
«Miembros de la comunidad sienten que se está cuestionando su lealtad, que la gente espera que tomen partido de un lado o el otro. Algunos de nuestros miembros también nos hablan del silencio de amistades y compañeros de trabajo frente a estos ataques, y esto duele mucho«, asegura Anna Chipczyńska, presidenta de la Comunidad Judía de Varsovia.
Una crisis que reabre el pasado
Lo que se discute ahora es si la crisis actual se puede resolver antes de que destruya todos los avances que se lograron en las últimas décadas. «Muchas personas del lado judío ahora dicen que no fue un proceso honesto. Se sienten engañados», afirma Agnieszka Markiewicz, directora de la oficina en Varsovia del Comité Judío-Americano, un grupo de apoyo, y ex-directora de relaciones exteriores del foro para el diálogo, una ONG con base en Varsovia que lucha por la reconciliación entre ambas comunidades.