Con la designación de basílica menor, la Concatedral de Vigo obtiene una serie de privilegios y también nuevas obligaciones.
La Concatedral de Vigo, más conocida como La Colegiata, ha sido distinguida como basílica menor. Esta designación responde a la petición del obispado que realizó en noviembre de 2019. A los diocesanos se les comunicará esta concesión el próximo sábado, 15 de agosto, en la eucaristía de las 12 de la mañana. La fecha coincide con la celebración de la Asunción a los cielos de la Virgen María, patrona del templo y de la ciudad de Vigo. Además, en diciembre, en torno a la fiesta de la Inmaculada, se celebrará una misa de acción de gracias por esta concesión y privilegio.
La concatedral-basílica contará a partir de ahora con una serie de honores, deberes y beneficios. Así, se le otorga el derecho de lucir en el altar mayor dos signos de la Santa Sede: el conopeo y el tintinábulo. Entre los deberes, las celebraciones litúrgicas han de ser un referente. Se tiene que promover la formación bíblica y religiosa de los fieles, junto con el estudio y divulgación de los documentos del magisterio del Sumo Pontífice. Además, está en la obligación de celebrar unas fiestas especiales. En ellas los fieles podrán conseguir la indulgencia plenaria, siempre y cuando visiten el templo en esas jornadas: el día de la Cátedra de San Pedro (22 de febrero), el día de San Pedro y San Pablo (29 de junio), el aniversario de la entronización del pontífice (19 marzo), el aniversario de la dedicación del templo, el de la concesión del título de basílica y otra fecha más del año elegida libremente por el obispado.
Requisitos para obtener el título de basílica
- Ser un templo de excepcional esplendor, con un perfil arquitectónico destacado
- Ser el foco espiritual de la comunidad por su actividad litúrgica y pastoral para la multitud de devotos que acuden a él y contar con medios, sacerdotes y personal que la atiendan convenientemente
- Poseer un tesoro espiritual y sagrado al que se le da culto ininterrumpido
El templo vigués alberga la imagen del Cristo de la Victoria, el emblema religioso más importante de Vigo.
