Kanye West ha anunciado que se presentará a las elecciones presidenciales de EEUU el próximo noviembre.
Puede parecer curioso que tanto West como Paris Hilton se presenten a elecciones. Sin embargo, no han desarrollado todavía un programa o una propuesta concretos. A pesar del calor recibido por parte de sus seguidores, y de algún multimillonario excéntrico en el caso de West, han recibido duras críticas.
División del voto afroamericano y progresista
Kanye West se presenta sin un currículum político claro. Hace un año admitió que era seguidor de Donald Trump. El cantante afirmo que «no todos los negros tienen que ser demócratas o progresistas». La principal crítica a la que el artista, y ahora candidato, se ha enfrentado en las últimas 24 horas es clara: «se presenta para dividir a los afroamericanos».
Detrás de esta crítica, hay parte de razón. West ha alabado en muchas ocasiones las políticas del actual mandatario estadounidense y, tras el ataque mediático dirigido por éste, Kanye puede buscar un discurso dirigido a los que no les gusta Trump, pero tampoco Biden. ¿Qué estrategia puede seguir alguien que no tiene experiencia política alguna? ¿Por qué se presenta si, realmente, Trump ya le representa a él? Son preguntas que no tienen, ni tendrán, respuesta.
Al final, sea lo que sea lo que se piense, sucederá eso. Con el discurso de la armonía entre blancos y negros en Estados Unidos, West va a atraer votantes que quizá se habían posicionado más hacia Joe Biden y eso beneficiaría, hipotéticamente, a Donald Trump.
Hilton, en este caso, no deja de significar otro punto de vista que puede robar votos al candidato del Partido Demócrata. La ahora influencer, ha compartido un tweet enigmático, pero no ha anunciado formalmente su candidatura. Es sobradamente conocido que su discurso ha sido siempre más izquierdista que no el de los demócratas. No obstante, puede ocurrir lo mismo que con West, pero a la inversa.
Efectivamente, la candidatura de Hilton puede ser beneficiosa para Trump y perjudicar claramente a Biden. Sin embargo, cierto es que hay varios puntos a tener en cuenta. El uso de un discurso clasista, pero que busca la igualdad entre ricos, puede destruir lo que hasta ahora ha defendido el partido del asno celeste. Un nuevo punto de vista de cómo el poder puede posicionarse ante lo que la gente de abajo sufre.
Dos puntos de vista distintos, pero detrás no deja de haber un objetivo muy similar: ricos representándose a si mismos, fingiendo representar a quién representan. El clasismo y los poderes de las multinacionales y los multimillonarios, como la propia Hilton o Elon Musk no dejaran de intentar preservar sus privilegios disfrazándose de corderos. A éste último le he mencionado porque va a ser uno de los principales financiadores de la campaña de Kanye West.
Elecciones después de un amargo 4 de julio
Ayer fue el día de la Independencia. Sin embargo, muchos han colgado la bandera a media asta, la han retirado o, por el contrario, la siguen agitando junto con los colores de la Confederada. La división es más que visible.
Ante los movimientos de banderas, sean las que sean, se plantan unas elecciones que decidirán si Trump sigue llevando el país en sus hombros o, por el contrario, será Biden el nuevo encargado de «disparar» a los afroamericanos. Ser de un partido u otro ha demostrado que no es sinónimo de soluciones.
La violencia sistemática no se va a parar cambiando el rostro o el partido, pero eso no es nada nuevo y los estadounidenses lo saben. Es por eso que siguen saliendo a la calle, porque entre la crisis sanitaria y la violencia policial se juegan la vida incluso quedándose en sus casas. Se va acercando un noviembre movido, y no precisamente por las celebraciones de quienes vayan a ganar las elecciones.