Un equipo de científicos, al que pertenecen miembros de la IREC de la UCLM, ha desarrollado un método para detectar la presencia de COVID-19 en entornos ambientales.
Un equipo interdisciplinar de científicos españoles, algunos de ellos pertenecientes al Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha investigado la manera de detectar el material genético del SARS-CoV-2 en muestras ambientales, en entornos potencialmente contaminados como centros comerciales, escuelas, residencias u hogares de personas que han sufrido la enfermedad.
De este modo, han desarrollado un innovador método de muestreo consistente en el uso de unas esponjas que, al frotarse con la superficie de un objeto arrastran el ARN del virus que pueda contener. Asimismo, pueden inactivar su patogeneidad gracias a los alcoholes en los que están impregnados dichas esponjas. Ya en laboratorio, el material génetico se extrae y se le realiza una prueba PCR para confirmar la existencia del virus en una superficie concreta.
En su investigación, los científicos demostraron la presencia del ARN del virus en 7 de 57 muestras, en un área formada por tres hogares y tres sitios públicos. La toma de estas muestras ambientales se realizó en la localidad de Horcajo de los Montes, en Ciudad Real. Este municipio tuvo una alta prevalencia de COVID-19, con un 6% de positivos en una población de 883 habitantes.
De esta primera área estudiada, los investigadores dedujeron que es más fácil monotorizar la presencia del virus en grandes espacios, mientras que analizar a todas las personas que usan un espacio concreto sería más costoso económicamente y más lento. El estudio subraya su eficacia para ayudar a saber dónde buscar la presencia de COVID-19 de forma sostenible y con un coste razonable, sin colapsar la capacidad de diagnóstico del sistema sanitario. En este sentido, defienden la vigilancia ambiental de la COVID-19 como método para avanzar en el conocimiento sobre la enfermedad y para detectar su existencia o circulación de forma menos invasiva.
Los investigadores de este proyecto aseguran que estamos muy lejos de alcanzar la deseada ‘inmunidad de rebaño’ y que, si no conseguimos controlarlo, el coronavirus podrá seguir siendo un problema sanitario durante muchos meses o incluso años. De igual modo, han recordado que el virus también se transmite a través del contacto con objetos y superficies contaminadas, para lo que es fundamental vigilar dónde podemos encontrarlo.
