Sanidad descarta confinamientos domiciliarios como el del pasado mayo y se mantiene en los efectos positivos de las últimas medidas.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha negado esta mañana el confinamiento domiciliario como próxima medida contra la crisis sanitaria. Se ha reafirmado en las medidas del actual estado de alarma y en los efectos que producirán en las siguientes semanas. “Ni estamos trabajando en ello ni lo prevemos”, declaraba Illa en una conferencia telemática.
“Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las Comunidades Autónomas para poder actuar es suficiente”, ha asegurado el ministro. De hecho, el actual estado de alarma no contempla como escenario el confinamiento domiciliario. De querer introducir esta medida haría falta realizar uno nuevo. Por el momento, el ministro de Sanidad confía en el toque de queda, la limitación de reuniones sociales y los confinamientos perimetrales.
Illa ha demandado templanza a la hora de reclamar resultados dado que “con esta pandemia se ha visto que las cosas no son de un día para otro”. Además, ha pedido que no se entre en “una competición para ver quién toma la medida más dura”. Estas declaraciones se publicaban unas horas antes de que Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias, hiciera oficial la petición de un confinamiento domiciliario de quince días.
Por su parte, en territorios como Cataluña la expansión del virus se ha ralentizado, como ha enfatizado Illa. “Madrid, donde aplicamos medidas del mismo tipo hace semanas, hemos visto cómo se ha estabilizado”, ha señalado.
No obstante, el titular de Sanidad ha reconocido que los próximos meses se presentan complicados hasta encontrar un tratamiento definitivo. «Vienen cuatro semanas complicadas y un periodo en el que tendremos que aprender a convivir con el virus», ha apuntado.
Ante la pregunta del cierre del sector de la hostelería y la restauración, Illa ha declarado que será el criterio de la Comunidad Autónoma el que prevalezca.
El ministro de Sanidad ha apelado a la responsabilidad ciudadana en un panorama colapsado por los últimos altercados. Ha afirmado que para frenar los contagios es suficiente una correcta actitud de la población y la actual actuación oficial. «Unas medidas que presenten una contundencia proporcional a la realidad epidemiológica», ha concluido.