Andalucía es una tierra especial, es una tierra con una gran diversidad. Además del aceite de oliva, las frutas y las hortalizas, el sector agropecuario andaluz ofrece otras producciones de gran calidad presente en la gastronomía de todo el país como por ejemplo el arroz cultivado en las marismas del Guadalquivir, los derivados del cerdo como son los célebres jamones de Huelva, Los Pedroches y Trevélez y, sobre todo, los vinos andaluces. Hay una gran diversidad de vinos por eso el enoturismo en Andalucía posee un gran prestigio internacional gracias a su magnífica calidad.
Las primeras vides de la Península Ibérica llegaron a través de Andalucía, traídas a Cádiz por los fenicios en torno al 1100 a.C. Existen viñedos por todas las provincias andaluzas pero las principales productoras de vino son Cádiz, Córdoba, Huelva, Granada y Málaga. Vinos de denominaciones como Nontilla-Moriles, Málaga o Jerez-Xéres-Sherry, entre otros. En torno a ellos se ha configurado una cultura del vino que engloban bodegas, museos especializados, fiestas tradicionales e incluso, las famosas Rutas del Vino de Andalucía con una perfección de los atractivos enológicos, culturales, monumentales y tradicionales de las poblaciones y zonas que las integran.
Solo en Andalucía se cuenta con varias denominaciones de origen haciendo que así dispongan de una gran variedad de vinos que tienen algo en común, su calidad. Una producción de vinos orientada a la calidad lo que determina unas labores de cultivo muy especializadas en las que el proceso de la poda y la vendimia se realizan de forma natural. Los vinos más característicos son los denominados generosos, elaborados mediante un proceso singular, el de criaderas y soleras. En este proceso se mezclan vinos jóvenes y viejos para conseguir así una calidad homogénea.
El clima, la topografía y la geografía en la que se encuentra Andalucía lo hacen un lugar ideal para la producción de vinos. La época de máximo apogeo de estos vinos fue durante los siglos XVI y XVII con el descubrimiento de América en 1492, cuando Sevilla se convirtió en la capital del mundo. Debido al crecimiento del comercio marítimo que entraba por el Puerto sevillano la producción de vino se vio aumentada como su fama por todo el mundo. Este vino se convirtió en una seña de identidad de nuestra región como el aceite de oliva, uno de los manjares más apreciados a nivel internacional.
El crecimiento y la fundación de las bodegas que hoy conocemos se dieron principalmente a partir del siglo XIX. Muchas de estas bodegas hoy en día son reconocidas a nivel internacional.
En Andalucía se elaboran vinos amparados por ocho Denominaciones de Origen Protegidas, de las cuales hay seis Denominaciones de Origen y dos Vinos de Calidad. Estas denominaciones son ‘Condado de Huelva’, ‘Jerez-Xérès-Sherry’, ‘Málaga’, ‘Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda’, ‘Montilla-Moriles’, ‘Sierras de Málaga’, ‘Vino de calidad de Granada’ y ‘Vino de calidad de Lebrija’. Además, existen otros dieciseis vinos con Indicación Geográfica Protegida que han sido denominados como «Vinos de la Tierra». Estos son ‘Altiplano de Sierra Nevada’, ‘Cumbres del Guadalfeo’ y ‘Laderas del Genil’ en Granada; ‘Bailén’, ‘Sierra Sur de Jaén’ y ‘Torreperogil’ en Jaén; ‘Cádiz’; ‘Córdoba’ y ‘Villaviciosa de Córdoba’; ‘Desierto de Almería’, ‘Laujar-Alpujarra’, ‘Norte de Almería’, ‘Ribera del Andarax’, ‘Sierra de las Estancias y Los Filabres’ en Almería; y ‘Los Palacios’ y ‘Sierra Norte de Sevilla’ en esta provincia.
