El mes de enero se ha cerrado con una bajada del precio del alquiler en España del 0,9% hasta alcanzar los 11 euros por metro cuadrado, continuando de esta manera con la tendencia a la baja iniciada en septiembre del pasado año.
A pesar de que los datos de enero solo suponen una bajada del 0,1% con respecto al mismo mes del año anterior, el precio del metro cuadrado ha bajado casi un 3,2% con respecto al último trimestre de 2020, según se desprende del último informe de precios de Idealista.
Por comunidades autónomas, la Comunidad de Madrid ha sido la más cara de España en el primer mes de 2020 (14 euros por metro cuadrado), seguida de Cataluña (13,6 €/m²), País Vasco (12,3 €/m²) y Baleares (11,4 €/m²). Por el contrario, entre las regiones más baratas se situaron Extremadura (5, €/m²) y Castilla-La Mancha (5,7 €/m²).
A nivel general el precio de la vivienda se mantiene estable, pero cae con fuerza en las zonas más densamente pobladas del país. Así se han registrado descensos del 9,6% en Baleares, del 5,4% en Cataluña y Madrid y del 1,4% en Canarias.
Por contra, destacan las subidas de Galicia y Castilla y León (+7,1% en ambas), Castilla-La Mancha (+6%), Extremadura (+5,6%), Cantabria (+5,3%), Murcia (+5%), La Rioja (+4,3%), Navarra y Asturias (+4,1% en ambas), País Vasco (+3%), Comunidad Valenciana (+2,3%), Aragón y Andalucía (+1,2% en ambas).
Freno a la tendencia alcista
Estas cifras suponen la consolidación de la estabilización del precio del mercado de la vivienda en alquiler. Desde el año 2013, el precio medio de la vivienda en este régimen de tenencia ha aumentado casi de forma exponencial desde los 7 euros por cada metro cuadrado hasta tocar techo en septiembre del pasado año con 11,5 €/m².
A pesar de que es pronto para extraer conclusiones, y sería necesario esperar durante más tiempo para observar como evoluciona la tendencia, parece que la COVID-19 y la huida de las grandes urbes puede ser una de las causas de la caída del precio del alquiler en estas ciudades. Por el lado contrario, los datos que muestran la subida de los precios en las pequeñas y medianas ciudades de España sugieren que estas pueden aumentar su población.