Cuando llega el invierno, llega el frío. La calefacción se convierte en uno de los elementos más imprescindibles en nuestro hogar como en verano el aire acondicionado. Aumentar la temperatura de nuestros hogares para sentirnos lo más a gusto posible variara dependiendo de la casa como de las personas que vivan en ella. Hay distintos tipos de calefacción que nos permite calentar nuestras habitaciones ir estar calentitos. Estos días puede llegar hacer mucho frío. Imaginase la filomena cuando cayó en Madrid y sin calor en casa.
Pero, ¿qué temperatura es la ideal en nuestros hogares en invierno? La temperatura para la calefacción que se recomienda y así ahorrar dinero en calefacción como en consumo ayudando al medio ambiente es aquella que nos proporciona un estado de confort. Las temperaturas que son demasiado bajas nos harán tener frío y las elevadas provocarán que nos cueste dormir bien por la noche ya que nos hará que nuestras gargantas resequen se resequen por culpa de un aire resecado.
Existen diferentes tipos de calefacciones para poner en invierno y así sentir un adecuado nivel de confort. Este confort varía en relación a la persona ya que no todos somos igual de calurosos ni todos igual de frioleros. Por ejemplo, en las calefacciones centralizadas de un edificio no todo el mundo se encuentra contento con la temperatura ya que tiende hacer demasiado calor para algún que otro vecino, pero está es mucho más cómodo debido a que no será necesario estar pendiente de encender y apagar la calefacción. Además, está, será un gasto común entre todas las vecinas. Es cierto que este tipo de calefacción puede ser poco eficiente al malgastarse mucha energía y la temperatura no ser la adecuada. Imaginase no tener una caldera como las que hay en https://instalacionesdkclima.es/calderas/ o un aire acondicionado como en https://instalacionesdkclima.es/aire-acondicionado/
En una calefacción centralizada hará mucho calor durante el día cuando a lo mejor incluso los habitantes no están. Por la mañana, aun así, en caso de estar, es el momento en el que se suele abrir las ventanas para ventilar la vivienda por lo que se perderá calor y existirá un desperdicio de energía. Por eso, en las nuevas viviendas se apuesta por una calefacción individualizada en la que uno mismo sea el que controle la temperatura y el consumo de la misma gracias a los diferentes termostatos.
La temperatura de una vivienda como hemos destacado anteriormente se controla a través de un termostato. Existen diferentes tipos de estos, según sus características. Podemos ver diferentes calefacciones en https://instalacionesdkclima.es/calefaccion/ o conductos de aire https://instalacionesdkclima.es/por-conductos/ que son controlados por termostatos. Cualquiera de ellos nos permite ajustar la temperatura de nuestro hogar. Los termostatos analógicos están compuestos por una ruleta que establece la temperatura. Cuando la caldera alcanza los grados que hay en el termostato, se apaga automáticamente. Los termostatos digitales en cambio disponen de un temporizador para que la caldera se encienda y se apague a la temperatura y hora que nosotras mismo establezcamos.
Los termostatos inteligentes son la mejor solución para tener una calefacción eficiente. Estos nos permiten controlar la temperatura, encender o apagarla a distancia y controlar al mismo tiempo los consumos.
En la temperatura de una casa influyen muchos factores, más en invierno. A pesar de que la sensación de bienestar no es para todos iguales, es una sensación subjetiva, el organismo se encuentra confortable con una calefacción en invierno que ronda los 19 y los 21 grado. Para dormir el cuerpo disminuye su temperatura así que es necesario una temperatura exterior del cuerpo que esté entre los 15 y los 17 grados. Si supera los 23 no podremos dormir por la sequedad y la incomodidad que esta nos causará.
