Cada vez más, año tras año, el tiempo está cambiado debido al cambio climático. Aunque en España seguimos teniendo cuatro estaciones, son dos las que se están convirtiendo en protagonistas: el invierno y el verano.
El frío acaba de llegar y con ello la subida en la factura de la energía en todos los hogares. Las diferentes familias vieron como el consumo de calefacción que se mantiene igual a otros años ahora es más caro por lo que deben recurrir a una serie de trucos y así, ahorrar. Pero ahorrar, no significa sufrir pasando frío. Todo lo contrario.
Gastar menos dinero en la calefacción sin pasar nada de frío es ahora mucho más sencillo de lo que parece. Dependiendo de las diferentes viviendas, esta representa el 47% de la factura según un informe publicado por la OCU, la Organización de Consumidores en España.
El equilibrio es fundamental, no deberemos de pasar frío en casa, pero tampoco ir sin ropa. Si sucede esto último, entonces la factura será bastante elevada. La temperatura ideal es de 21 o 22 grados durante el día. Por cada grado que aumentemos supondrá un siete por ciento más en la factura del mes. Mantener la temperatura constante es importantísimo, por ello debemos tener instalados unos termostatos programables que nos ayuden a ello en todo momento. No puede tampoco faltar, repartidores de costes de calefacción.
No deberemos de abusar de la calefacción, es decir, cuando no esté nadie en la vivienda o nos iremos a dormir es mejor apagarla. Si el apagar supone llegar a casa y tenerla fría, es recomendable programar la hora de inicio y apagado o instalar un enchufe que, de robótica, es decir, que desde el móvil en tan solo un clic la pongamos cuando estemos llegando.
Debemos en todo momento aprovechar todas las oportunidades y la que ofrecen electrodomésticos como el horno es muy grande. Una vez que terminemos de utilizarlo, podremos abrir la puerta de la cocina para que este calor se disperse lo máximo posible por todo el hogar. Siguiendo con la optimización, aunque a veces secar la ropa en invierno fuera es complicado, ponerla encima del radiador es un error. El radiador no es ninguna secadora y en caso de que esto lo hagamos, se aumentará el consumo de esté y, por lo tanto, el gasto.
Al igual que debemos tener en cuenta no colocar la ropa en los radiadores, debemos tener un adecuado suelo como es la opción de madera antes que la cerámica para retener así mejor el calor. En caso de tener cerámica, es importante recurrir a alfombras o moquetas que ayudan a que el aire de la habitación no se enfríe.
El ahorro puede verse torcido si nuestro hogar no está bien aislado. Por eso debemos cuidar el aislamiento interior de toda la casa con doble ventana de vidrio en algunos casos y unas paredes gruesas. Cuando la noche cae, baja las persianas permite que no entre tanta humedad ni frio.
Pero en último lugar, algo que no se nos puede olvidar es revisar la caldera. Mantener la caldera de gas en buen estado nos puede permitir reducir el consumo. Que la caldera tenga un problema, no permitirá que esta trabaje de forma eficiente y gaste más. Por ello, debemos plantearnos cambiarla cada cierto año y así, amortizarla con creces.
