Los ciudadanos acuden a los abogados en dos tipos de situaciones, en primer lugar, para solventar un problema legal (multa, juicio, etc.) y en segundo lugar, para asesorarse antes de tomar decisiones, hacer contratos y demás documentos jurídicos.
En ocasiones, no saben dónde acudir puesto que hay distintos tipos, es decir, se puede trabajar siendo parte de un bufete de abogados o por cuenta propia. Ambos son abogados licenciados y colegiados, ya que en España es obligatorio haberse registrado en el Colegio de Abogados si se quiere ejercer la profesión. Sin embargo, sí que presentan ciertas diferencias.
Bufete de abogados
Un bufete de abogados, también se llama despacho de abogados en madrid o estudio jurídico. Este consiste en una modalidad del ejercicio profesional basado en los servicios jurídicos. Estos despachos están formados por distintos tipos de trabajadores. Primero, los socios, que son los propietarios del bufete. En ocasiones especificas se recurre a los abogados asociados que suelen estar especializados en una materia concreta. Por último, están los juniors, abogados con menos experiencia que trabajan bajo el mando de los anteriores. Tal como se ha expresado con anterioridad, todos los trabajadores de estos despachos están habilitados y colegiados para así, evitar el intrusismo en la profesión. El ejercicio individual por cuenta ajena no supone que el abogado pierda su libertad e independencia a la hora de ejercer.
Las ventajas que presentan estos bufetes para contratarlos son varias. En primer lugar, están compuestos por profesionales de distintas ramas: penal, laboral, fiscal, civil, etc. Además, en estos despachos los abogados no trabajan de manera independiente, es decir, pese a que uno sea el que lleve el caso recibe asistencia de sus compañeros. Esto desencadena otra ventaja, la reducción del tiempo, al haber más “cabezas pensantes” el trabajo se hace mejor y más rápido.
Incluso es necesario mencionar, que existen bufetes de abogados a bajo coste o por cuota mensual que hace más accesible el asesoramiento jurídico. Un ejemplo claro es Legálitas. Por un precio desde 19,95 euros mensuales puedes acceder a ellos.
En contraposición a estas ventajas es necesario mencionar que para un abogado tal vez no resulte tan beneficioso trabajar en uno. Trabajar para un jefe hace que el sueldo sea menor al igual que la libertad e independencia. Sin embargo, este trabajo puede suponer más estabilidad que trabajar de forma individual.
Abogados individuales
En este otro caso, los abogados deciden trabajar por cuenta propia. De esta manera, únicamente será él o ella quien preste los servicios, a menos que cuente con empleados. Esto está regido por la Ley 22/2005, de 18 de noviembre y el Real Decreto 1331/2006, de 17 de noviembre. En estas normas se expresa la obligatoriedad de que todos los que presten los servicios deben ser abogados.
Algunas de las ventajas que presentan estos abogados es que se pueden centrar en un caso importante y dar un asesoramiento personalizado. Sin embargo, esto conlleva una desventaja, una sola persona no está especializada en tantos ámbitos, mientras que al contratar a un bufete todas las ramas quedarían cubiertas.
El principal mérito de los abogados por cuenta propia es la independencia y libertad del trabajador. Esto les permite organizarse y no atender los asuntos de manera rápida y superficial. Aunque al no contar con un horario establecido es muy difícil delimitarlos. Además, están expuestos a muchos riesgos, económicamente hablando, pero las ganancias son mayores.
