El candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro es el nuevo presidente electo de Brasil, tras ganar las elecciones el pasado domingo. El presidente se impuso ante Fernando Haddad, líder del Partido de los Trabajadores, con un 55,54% de los votos
Bolsonaro, lider del Partido Social Liberal, se ha ganado rápido la confianza de los brasileños. Decepcionados con la política tradicional, la corrupción, la violencia y los problemas económicos que sufrían en los últimos años han decidido apoyar al nuevo lider.
El conjunto que apoya al nuevo presidente es, especialmente, el que repudia al Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula de Silva. Silva gobernó el país entre los años 2003 y 2016 y estuvo involucrado en varios casos de corrupción. Debido a su mala gobernanza, el camino hacia el liderazgo ha sido muy complejo para Haddad, el nuevo candidato del PT.
El polémico presidente hizo campaña por la erradicación de la corrupción. Su primera intención es aplicar “mano dura” contra la delincuencia con reformas de corte neoliberal. También insiste en que su mandato será “democrático” y que su gobierno seguirá “las enseñanzas de Dios al lado de la Constitución”.
Para muchos críticos, Bolsorano es un riesgo para la democracia de Brasil. La cantidad de militares de los que se rodea y su mentalidad racista, machista y homófoba no está jugando a su favor estos primeros días de mandato. Una gran parte de los habitantes de Brasil temen vivir en una sociedad dictatorial.
Desde que las encuestas lo nombraban líder y tras sus primeras declaraciones han comenzado las protestas. Muchos de los habitantes del país mas grande de América Latina apoyados por gente del resto del mundo han salido a manifestarse.