El piloto de Aprilia, Aleix Espargaró, fue el único en montar los compuestos blandos en Tailandia, razón por la que sufrió más en carrera.
Aleix Espargaró cruzó la línea de meta de Buriram en la 13ª posición. El catalán fue el único de la parrilla que puso los neumáticos blandos en su moto. Esto produjo que sufriera bastante en las últimas vueltas sobre una moto que de por sí no es competitiva.
«He sufrido mucho, pensaba que no llegaría a las últimas seis últimas vueltas. Han sido muy difíciles. Estamos sufriendo mucho con la Aprilia, con el grip trasero. Está siendo el hándicap de este año. La verdad es que con el neumático duro no funcionaba nada. No conseguía ser competitivo. Sí que es verdad que no iba mal, que podíamos acabar la carrera, pero no luchar por nada. Nos la hemos jugado. Pensaba sinceramente que se rompería un poco menos. Las cinco últimas vueltas han sido muy difíciles. No he podido llegar a Syahrin y Iannone. Una lástima, pero sabíamos que sería la peor carrera de las últimas del campeonato. La mitad del circuito es gas a tope. Sabíamos que sería muy difícil con la Aprilia. Al final hemos podido acabar, 2 puntos y con ganas de Japón», ha afirmado sobre lo ocurrido en Tailandia.
Optimista pese a todo
«Yo soy siempre optimista. Hay que ser optimista. Al final soy un privilegiado, estoy donde yo decido estar. Quiero pensar que mejoraremos. Al final soy una parte importante en que esto funcione. Voy a seguir trabajando al máximo. Voy a creer y creo de hecho que mejorarán las cosas para el año que viene», ha asegurado.
Motos muy diferentes
El piloto ha hecho una comparación con la moto del pasado año. «La moto del año pasado era sin duda mejor que esta. Hemos hecho un error en la evolución de la moto«.
En cuanto al 2019 ha dicho que: «Ojalá que demos con la tecla. Llega un compañero de equipo muy fuerte y estoy seguro de que ayudará a crecer técnicamente y que me ayudará a mí a evolucionar como piloto, a llevarme más a los límites. Así que soy positivo. Estoy pasando un año muy difícil, pero seguro que cambiará«.
A pesar de que la moto de 2017 era mejor, se niega a volver a ese punto. «No volveremos en ningún momento a la moto vieja. Seguramente para Malasia intentaremos o me gustaría tener una moto un poco laboratorio, vamos a llamarla así. Que tenga algunas piezas del año pasado y con algunas cosas nuevas. Para Japón creo que no llegaremos, pero creo que para Malasia sí. Lo he dicho muchas veces, este año está siendo un desastre. Es muy difícil porque al final los 30 y pocos puntos que tenemos en el campeonato ya no hay manera de cambiarlos. Lo importante es para 2019 tener una moto competitiva y creo que eso pasa por empezar a trabajar cuanto antes«, ha concluido.
