Carta abierta al defensa brasileño Joao Miranda, que militó en el Atlético en una de las mejores eras de la entidad, y ahora en el Inter.
Querido Joao Miranda:
Ayer volvías a casa, con el motivo de un bonito amistoso veraniego con olor a Champions, entre Atlético de Madrid e Inter de Milán, uno de los encuentros con más postín de toda Europa en estos momentos.
Como podrías observar, nos hemos mudado al Wanda Metropolitano, una casa más grande, pero sin esa esencia que tenía el Vicente Calderón, ese estadio donde te convertiste en uno de los mejores defensas centrales del mundo formando dupla con el uruguayo Diego Godín.
No podía faltar tu homenaje de la mano de otra leyenda sudamericana como fue Luiz Pereira, dándote esa placa conmemorativa, que tanto revuelo esta provocando últimamente y que tanto te mereces por tu gran trayectoria en las cuatro temporadas que estuviste vistiendo la rojiblanca.
Todos los colchoneros tendremos en la memoria aquel conocido “mirandazo”, que sirvió para ganar una Copa del Rey al eterno rival ese 17 de mayo de 2013, tras una prórroga de infarto, en el partido que acabábamos con la racha de 25 derrotas contra el Real Madrid.
Aquel día perdimos el miedo a jugar los derbis, nos volvimos a convertir en una amenaza, ya no éramos aquel “rival indigno para derbi decente”.
Cuando viniste procedente del São Paulo eras un completo desconocido para la parroquia rojiblanca, y pese a que empezaste con el pie torcido en tus primeras actuaciones con el atlético, lograste ganarte cada uno de nuestros corazones con tus cabezazos y tu jerarquía en la parcela defensiva.
Cada vez que vengas a visitarnos, sea de “neroazzurro” o con la “verdeamarelha”, serás recibido con un “Miranda alé alé”, gracias por demostrar tu sentimiento rojiblanco y por tu agradecimiento, virtud de la que carecen algunos jugadores cuando salen del club.
