Ni David Broncano, ni Jorge Ponce, ni Antonio Resines, ni Dani Rovira, ni Ingrid García-Jonsson, ni Ricardo Castella…[inserte genio] estuvieron en el Alcoraz, pero dicho escenario parecía el del Teatro Arlequín.
Los guerreros de la Real pudieron haber protagonizado perfectamente un nuevo programa de «La Resistencia» en tierras oscenses, al finalizar el choque con 2 hombres menos y aguantar el resultado favorable para acabar llevándose los tres puntos de vuelta a Donosti.
Todo transcurría con relativa tranquilidad tras el gol de Mikel Merino hasta que al iluminado de Juanmi, tras cometer una falta clara, le dio por ponerse a protestar cual niñato caprichoso cuando quiere su primera Vespa. Como es lógico, al increpar al colegiado, éste no tuvo otra que mandarlo al vestuario. 10 para 11 y media horita por delante; se ponía interesante la cosa…
Con las uñas en la boca, y el insulto en la punta de la lengua, los nervios eran más que palpables en la grada donostiarra. Esa afición que gritó de alegría con Merino y se cagó en todo con Juanmi; volvería a hacer lo propio con Theo.
11, 10 y al final, tan solo 9 eran los hombres que le quedaban a Garitano en liza. Saque de esquina para el Huesca, se preparan para botarlo y de la nada cae un jugador local al suelo, ¿quién será? La marca del chulito de Theo (cómo no), que con una caricia en la mejilla se ganó el billete directo al túnel de vestuarios haciendo así compañía al bueno de Juanmi.
Ante tal panorama, pienso en Garitano y me viene a la cabeza la imagen de ese padre desquiciado con sus hijos que se portan mal en clase y acaban expulsados. La diferencia es que estos «jovenzuelos» tienen ya su edad y ya va siendo hora de amueblar esa cabecita por el bien suyo y lo que es más importante, por el bien de la Real Sociedad. De no ser así, habrá que ir pensando en castigarles sin su millón mensual…