Imaginar lo que se venía después de aquella final de 2007 en Atenas contra la AC Milán era lo que ningún aficionado del equipo ‘red’ del Mersey esperaba. La previa a años de tensión y desequilibrio, en resumen, lo que el Liverpool F.C no merecía.
Tras aquella final perdida, el Liverpool empezaba a mostrar síntomas breves de caída, pero no de una manera exagerada, ya que llegó a semifinales al año siguiente y a cuartos en 2009. En premier llegaron a pelear la liga en 2009 con el ManU, pero quedaron segundos finalmente contra el eterno rival.
Estos síntomas aparecen en 2010 con la marcha de Rafa Benitez y con Hodgson al cargo del equipo. Se confirma la caída con la marcha del ídolo de Anfield Road, Fernando Torres, a un rival directo como es el Chelsea, pero lo peor llega la noche del cierre del mercado con un movimiento desesperado del Liverpool para sustituir rápida y temerariamente a este fichando a Andy Carroll. Los malos augurios llegaban al equipo inglés.
Pasaron años y entrenadores, desde Hodgson y Dalglish a Rodgers, pero no se daba con la clave, se intentaba pero no se salía adelante. Hubo una temporada, ya con Luís Suárez, en la que el equipo de Merseyside quedó segunto otra vez en liga y recuperó su billete para la Champions League, pero fallaba algo aún, fallaba el espíritu del club.
Octubre de 2015, el año del cambio. Tras el despido de Rodgers todo Liverpool empuja por un nombre, el entrenador que había llevado otra vez a la cima al Borussia Dortmund, Jürgen Klopp. Está sucediendo. El entrenador perfecto para este equipo, el ídolo, el resurgir estaba más cerca.
Temporada 2015/16, el equipo inglés pasa de la pobreza al “Boom” futbolístico, a vivir el fútbol y a hacer rugir ese maravilloso estadio. Se oye Anfield Road por Europa. Final de la Europa League y Carling Cup en menos de medio año. Pero por desgracia no se consigue ganar ninguna, hubiera sido la puntilla a un fichaje perfecto como fue Jürgen.
El fútbol va creciendo en Anfield y se vuelve a soñar, a sentir y a creer. Tras un año de reconstrucción el Liverpool vuelve a obtener su billete a la Champions, y madre mía si lo aprovechó.
En la última temporada, tras los fichajes de Salah, Van Dijk, Oxlade y Robertson más el crecimiento de un joven llamado Trent Alexander-Arnold, el equipo parece estar preparado para la cumbre y así lo demuestra en el torneo europeo alcanzando la final en Kiev, jugada el pasado 26 de mayo, aunque estos cayeran ante el ya 13 veces campeón de Europa, demostrando el crecimiento y el hambre de este equipo que solo puede ir a más.
Jürgen Klopp ha hecho renacer a un equipo que, desde siempre, ha estado posicionado entre la élite, pues se corona con 18 ligas y 5 UEFA Champions League como máximos exponentes. Los fichajes de Fabinho y Naby Keïta, y el más que probable fichaje de Fekir, determinan más crecimiento de un equipo que aspira a ganarlo todo el año que viene. En resumen, el “Kaiser” alemán ha devuelto con su particular ‘Heavy metal football’ el sentimiento y la ilusión, pero más especial, ha devuelto a la realeza inglesa al sitio que merece.
