Tanna, la mágica película que junta una preciosa historia de amor con los paisajes extraordinarios del Pacífico
Este romántico largometraje puede parecer del estilo de Romeo y Julieta, pero para nada. La vi un día de calor extremo en Madrid, que yo necesitaba salir de casa pero estar por la calle era imposible. Así que decidí meterme en la película más extraña que hubiera en cartelera, y ¡bingo! Menuda suerte tuve, estuve encandilada durante toda la película.
Ficha técnica
- Título: Tanna
- Año: 2015
- Duración: 104 min.
- País: Australia
- Directores: Bentley Dean y Martin Butler
- Guionistas: Bentley Dean, Martin Butler y John Collee
- Género: drama, romance, basado en hechos reales
- Productora: Contact Films, Screen Australia
Fuente: Variety
Sinopsis
Este drama romántico basado en hechos reales cuenta la vida en el pueblo indígena Tanna, en la República de Vanuatu, un pequeño país que se encuentra en la Polinesia del Pacífico. Pero, sobre todo, la película está centrada en la historia del amor prohibido que surge entre una joven del poblado que se enamora del nieto del jefe de la tribu.
Opinión
No puedo empezar sin decir: ¡madre mía qué paisajes!, quiero que esparzan mis cenizas allí. Vale, en verdad no, pero madre mía ir sí, quiero ir. De lejos, lo que más me llamó la atención fueron esos escenarios. Es que de verdad me parece increíble que esos lugares existan en este planeta. Todo parece de cuento.
Está claro que no es una película que gane por el guion, sino por lo que trasmite. Y es que transmite mucho. Durante muchas escenas con solamente observar podemos entender lo que está pasando mucho mejor que si nos lo estuvieran contando.
También he de decir que el encanto de esta película recae casi al 100% en la tribu australiana Yakel. A pesar de no tener ningún tipo de formación interpretativa lo hacen maravillosamente bien. Yo creo que la clave ha sido eso. No saber cómo interpretar y simplemente comportarse como lo harían en su día a día. Se agradece tener películas con interpretaciones tan reales.
Mención especial a Mungau Dain y Marie Wawa que son geniales y divinos. Evidentemente no eran actores de profesión, pero madre mía, qué manera de trasmitir una historia de amor tan bonita. Son un claro caso de que a veces menos es más.
Dato curioso: fue nominada al Óscar a mejor película de habla no inglesa en 2016.
