Reseñamos La única voz, la primera novela gráfica en solitario de Tiziano Angri, que ha sido editada en castellano por Ediciones La Cúpula
En su afán por ofrecer un amplio abanico del cómic independiente y underground más variado, Ediciones La Cúpula ha publicado recientemente La única voz, la primera novela gráfica de la joven promesa del ámbito independiente italiano, Tiziano Angri.
La única voz es un desconcertante relato sobre Yuri, un chico que ha desarrollado una hipersensibilidad auditiva incurable, y de cómo su camino se entrelaza con Irene, una mujer humilde que busca desesperadamente someterse a la operación que ajuste su cuerpo a su identidad.
Mediante estos dos personajes, Angri construye un relato que gira en torno a la música, la melodía y el sonido como camino a la paz interior (“la música amansa a las fieras”, en este caso aplicado a los propios demonios internos de cada uno), con una fuerte presencia también de las fuerzas místicas que se manifiestan mediante diversos rituales y prácticas para presentarse como última esperanza del protagonista y como medio para entablar una conversación con su subconsciente.
El entorno en el que se desarrolla la historia muestra un mundo hostil, ahogado por el capitalismo, a medio camino entre la distopía más asfixiante y la realidad de las zonas marginales del entorno urbano, creando una sensación de incomodidad añadida que contribuye a dotar de oscuridad al relato.
Angri no tiene problemas para diseccionar el dolor que atrona las vidas de los dos personajes, recreándose en su representación críptica y descarnada. Presenta un relato muy crudo y en ocasiones complicado de seguir, creando un ambiente opresivo que deja poca cabida a la esperanza.
Presentada por La Cúpula en una edición muy asequible, La última voz es un interesante acercamiento a la escena independiente italiana, especialmente recomendado para los amantes del cómic underground.