Reseñamos El día 3, un necesario cómic de Cristina Durán, Miguel Ángel Giner Bou y Laura Ballester sobre la tragedia del metro de Valencia y la posterior investigación
Olvidar las tragedias en este mundo moderno es muy sencillo. No hay semana que las redes sociales no se vuelquen en una causa justa que, muchas veces, es olvidada a los pocos días y reemplazada por un nuevo suceso que atraiga nuestro interés y el ciclo se repita. La vorágine de inmediatez e información que nos rodea constantemente nos arrastra, y nuestra memoria se vuelve frágil.
En 2006, Valencia sufrió uno de los días más negros de su historia reciente cuando, el 3 de julio, tuvo lugar un accidente de metro, el más grave que se hubiera producido en España. Murieron cuarenta y tres personas, cuarenta y siete fueron heridas de gravedad y centenares de personas se vieron afectadas, de un modo u otro. El calvario por el que tuvieron que pasar los supervivientes y afectados fue largo: pocos días después estaba prevista la visita del Papa Benedicto XVI a la ciudad, por lo cual la investigación se vio severamente afectada. Numerosas irregularidades en el proceso se sumaron a una mezquina reacción de las autoridades, que daban la espalda a las víctimas y trataron de silenciarlas con distintos métodos.
Y poco a poco, el suceso cayó en el olvido. Valencia misma olvidó lo que había ocurrido, hasta que en 2013, el programa Salvados de Jordi Évole ponía el foco en la gestión del gobierno valenciano de la crisis posterior al accidente, hasta el punto de llegar a reabrirse la investigación.
Ahora, cuando van a cumplirse doce años de la tragedia, el tándem Cristina Durán y Miguel Ángel Giner, en colaboración con la periodista Laura Ballesteros, han creado una narración de la historia, empleando el formato cómic, para volver a acercar el caso y recuperar del olvido a sus víctimas. Y logran algo que parecía imposible: narrar la historia con absoluto respeto y extraordinaria sensibilidad, apelando a los sentimientos, a la empatía para fomentar el recuerdo, pero siempre desde una forma racional y meditada.
Lo que aquí nos proponen Durán, Giner y Ballesteros es una exposición de los hechos que no pretende ser objetiva, puesto que es la voz de las víctimas y por lo tanto poseen un rol subjetivo y una plena implicación y posicionamiento en la historia; pero que se apoya en el sentido común y en la reflexión. No es el dolor el que habla, sino que ese sufrimiento se ha transformado en fuerza para reivindicar lo que para muchos es el único deseo que les queda: justicia.
El día 3 es un cómic necesario, que provoca indignación ante la situación que vivieron las víctimas. Aporta una nueva traición de la clase política hacia los ciudadanos e invita a reflexionar sobre la situación que nos rodea día a día. Muy especialmente, reconoce a aquellos que no han tenido un reconocimiento suficiente más allá de la memoria de sus familias. Pero, sobre todo, es un testimonio de lucha social y de dignidad humana.
