Con motivo de su último concierto en Madrid, el viernes entrevistamos al cantautor, quien nos dio un repaso de su carrera y nos contó cuáles eran sus planes de futuro
Carlos Salinas se encontraba ya esperándonos dentro de la sala Búho Real, en el madrileño barrio de Chueca, y donde actuaba esa noche. Al entrar nos lo encontramos en la barra con una botella de agua pequeña, cuidando su voz para la actuación posterior. La sala es un lugar íntimo, con luces tenues que le dan un aspecto acogedor y música no muy alta de fondo. Hay algunas sillas y mesas de terciopelo rojo a los pies del escenario. Nos sentamos en una de esas mesas. Carlos se muestra tranquilo y con mucho entusiasmo por empezar.
Justo hace 10 años daba su primer concierto, ante no más de seis personas, casi como una fiesta entre amigos. Y es que el artista ya desde muy pequeño mostraba sus dotes. “Cuando era niño me regalaron un casete con micrófono, así que me dedicaba a borrar las cintas a mi madre para cantar encima.” También en el colegio, donde se convirtió en “el niño que canta las canciones de Grease”.
Un camino casual
No obstante, Carlos siempre cantó como algo personal, un hobby. No fue hasta que llegó a la EMAD, donde se formó en interpretación durante varios años, cuando sus compañeros le animaron a lanzarse a cantar en público. El siguiente paso era llegar a tocar en bares. En esa época, grupos como Amaral estaban tocando en estos locales. Carlos nos explicaba que ver cómo lo hacían ellos le influyó para empezar a meterse en este mundo.
Paralelamente se hacía conocer en redes, sobre todo en YouTube, donde su música ha llegado a más público. “Al principio subía mis propias composiciones. También hacía covers de otras canciones ajenas. Lo que me ayudó fue darles mi propio rollo, incluso adaptando al castellano canciones en inglés.” Esto le ayudó mucho a ganar seguidores ya que, como él mismo argumenta, alguien ha podido escuchar una versión suya de Adele, interesarse y escuchar más sobre él.
Otras versiones interesantes son las que ha creado con su amiga Pilar, quien le acompañó en el escenario, de varios poemas de Federico García Lorca. Ambos, amigos de la Escuela de Interpretación, decidieron un día ponerle música a uno de ellos. Con entusiasmo, nos confiesa que fue tanto lo que sintió al hacerlo que tuvo que hacer más. Y así ha versionado Romance de la luna o Preciosa y el aire. Esta última la interpretó posteriormente en el concierto, tras mucho tiempo sin hacerlo, creando uno de los momentos más embriagadores de la noche.
Antiguos y nuevos trabajos
Fuente: Noelia Pérez
En cuanto a sus álbumes, lanzó hace ocho meses su primer EP, Salinas, y lo hizo en formato físico tras las peticiones de sus fans e incluso para él mismo. “Lanzar un producto en físico es lo que ha sido, y para mí sigue siendo, la meta de un cantante, poder tocar su propia obra”.
Por otro lado, en agosto de este mismo año lanzó Vuelvo a empezar, un disco que habla sobre dejar a un lado todo aquello que ha formado parte de nuestro pasado e ir hacia adelante. El cantante reconoce que no ha pasado por su mejor momento al componer sus antiguas canciones y que a partir de ahora nada será lo mismo. El disco, manifiesta, es una despedida definitiva para ese período de su vida.
Sin embargo, el madrileño no solo ha trabajado como cantautor, sino que en 2013 lanzó I will find you, un tema pop-house con el que rompió completamente con su estilo tal cual. «Quería crear algo bailable, contar con un equipo de bailarines en el escenario conmigo.» El sencillo llegó a posicionarse en el cuarto lugar en iTunes y le proporcionó numerosas actuaciones en discotecas.
Ahora mismo tiene un nuevo single entre manos que sigue este estilo, Millón de colores, que lanzará el año que viene, y por el que está muy ilusionado.
«Disfrutar el momento»
El talento de este joven le ha llevado a ganar el primer premio del Certamen de Cantautores de Santa María de Europa y el premio del público del Certamen de Cantautores de la Cruz Roja de Madrid. Ahora cuenta con más de 10.000 suscriptores en su canal de YouTube y una larga trayectoria con actuaciones en salas como Galileo Galilei.
Cuando le preguntamos cuál es el camino que deben tomar los jóvenes que, como él, quieren adentrarse en el mundo de la música, Salinas lo tiene muy claro. «No esperar nada. Hay que disfrutar el instante que estás viviendo hoy y no preocuparse sobre adónde llegarás mañana. Cuando sale algo bonito, muéstraselo al mundo y simplemente alégrate de ello».
Y así pareció disfrutar su concierto, plagado de bromas y palabras con el público. Salinas logró crear un ambiente casi familiar, donde su actuación hizo disfrutar a todos aquellos que decidieron empezar el puente de manos de la música más artesana, la que nace íntegramente del ser humano.
